Bienestar en animales de consumo y granja. El bienestar animal hoy en día es conocido por todos y en España, se utiliza con los animales de consumo,. Pero, ¿conocemos si otras especies se aprovechan de recursos y proyectos de bienestar animal?
Marian Stamp-Dawkins (profesora de Comportamiento Animal en la Universidad de Oxford) afirma que:
“Tendemos a creer que lo que es bueno para nosotros, también lo es para los otros animales”, y advierte de que “esto no es necesariamente así”.
Bienestar en animales de consumo y granja. Generalidades.
Os enlazamos para esta entrada de hoy, bienestar en animales de consumo y granja, una entrevista en el programa de televisión Redes con Stamp-Dawkins, sobre la necesidad de contrastar científicamente lo que sabemos de la calidad de vida de los animales de granja y de consumo. Y además, Elsa Punset nos enseña cómo:
“En nuestra evolución, los humanos estamos ampliando nuestra capacidad de empatía, incluso hacia otras especies”.
Bienestar animal en animales de consumo y granja. Trancripción de la entrevista en el programa Redes:
“Eduardo Punset:
Es casi increíble, pero una de nuestras productoras del equipo de Redes (su padre, más bien) es lo que llaman matarife (en los mataderos). Y este matarife a quien yo conozco es de sobras famoso porque supo castigar un día a un operario que le dio por dar una patada a una oveja antes de que la sacrificaran. O sea que alguien en España (y les estamos hablando a nuestros telespectadores desde Oxford, en Reino Unido) alguien en España se ha ocupado ya desde hace tiempo del bienestar de los animales.
Pero en España no tenemos en absoluto fama de ser un pueblo preocupado por el bienestar animal. Hoy tenemos la oportunidad y la suerte de contar contigo como primera invitada, Marian Stamp-Dawkins ¿Qué errores cometemos al plantearnos el bienestar de los animales?Marian Stamp-Dawkins:
Creo que una de las dificultades radica en definir a qué nos referimos. ¿Qué queremos decir con bienestar animal? Suena muy vago, y me parece realmente importante encontrar una buena definición con la que todos estemos de acuerdo. En mi opinión, el bienestar animal consiste en que los animales estén sanos y tengan lo que quieran. Si se cumplen ambas cosas en el cuidado de los animales, por lo general, tendrán un bienestar adecuado.
Eduardo Punset:
Cuando hablamos del bienestar animal, hay algo que no podemos olvidar (porque es terrible): el 75 % (tengo entendido) de las enfermedades humanas proceden de los animales. Imagino que uno de los intereses que tenemos en el bienestar de los animales es evitar este tipo de enfermedades, ¿verdad?
Marian Stamp-Dawkins:
¡Exacto! Creo que es un argumento muy contundente incluso para los que no creen que el bienestar animal sea demasiado importante porque, como dices, ¡gran parte de las enfermedades humanas proceden de los animales! No hay más que pensar en la gripe aviar o porcina y ya está todo dicho… Así que, si le damos valor a la salud humana, la salud animal es muy importante, ¡tanto en lo que concierne a los animales que nos rodean como a los animales que comemos! Nadie quiere dar a sus hijos comida en mal estado… Tener alimentos sanos y animales sanos nos beneficia también a nosotros. Creo que es un argumento importante que se puede esgrimir en pro del bienestar animal, pues lo respalda incluso ante quienes no creen que los animales sean tan importantes como las personas.
Eduardo Punset:
Pero, al pensar en el bienestar animal, ¿dirías quizá que el principio (el principio que debería regirnos) sería pensar no tanto en lo que creemos que es mejor sino en lo que los animales creen que es mejor para ellos? ¿Y en qué consiste?
Marian Stamp-Dawkins:
Por eso cuando definía el bienestar animal he dicho que se asentaba sobre dos pilares: que tengan buena salud (puesto que eso nos afecta directamente) y que tengan lo que quieran, que sus preferencias cuenten. Debemos tener en cuenta de algún modo no solo lo que hace que estén sanos, sino lo que quieren. ¿Quieren tener más espacio, quieren estar juntos, quieren estar separados, qué tipo de alimento prefieren? También debemos entender este tipo de cosas.
Eduardo Punset:
Bueno… en tus escritos he leído que, por ejemplo, cuando una gallina incuba huevos pasa hambre. Puede pasar sin comer una semana, quizá, pero… si vas allá y le ofreces comida, aunque haya perdido peso durante algunos días, rechazará el alimento, preferirá seguir incubando los huevos. ¿No es sorprendente?
Marian Stamp-Dawkins:
¡Sí! Creo que es un muy buen ejemplo de que intentar averiguar lo que quieren los animales puede arrojar respuestas sorprendentes. He aquí una gallina que incuba huevos durante 21 días… no puede alejarse del nido, porque sería demasiado peligroso a causa de los depredadores. ¡Toda su fisiología cambia! No es solo que no coma, ¡es que no quiere comer!. Lo descubrimos dándole comida y constatando que no la quiere, ¡hasta tal punto le ha cambiado la fisiología!
Eduardo Punset:
Con algunos animales, lo lógico sería pensar que estarían mejor fuera, que lo mejor para ellos sería estar en el exterior, libres para hacer lo que quisieran, pero al parecer viven menos (engeneral) que los que están encerrados en una casa, por ejemplo, o un lugar como este.
Marian Stamp-Dawkins:
Es un muy buen ejemplo de que necesitamos recabar pruebas científicas para decidirlo, porque debemos analizar los índices de mortalidad de los animales en el interior y el exterior, pero también ver si en realidad quieren salir o no! Podemos llevarnos alguna sorpresa… ejemplo, en pleno invierno, en Reino Unido, los animales no quieren salir. En cambio, ¡en verano sí que quieren! ¡Hay que proporcionarles condiciones diferentes según convenga!. Hemos descubierto otras cosas que no les gustan… por ejemplo, a los pollos no les gusta salir a lugares sin árboles, prefieren ir a zonas arboladas. Podemos darles algo que quieran para instarlos a que salgan. Me parece que es muy difícil decidirlo de antemano, cómodamente apoltronados en una butaca. Hay que salir ahí fuera y descubrir lo que realmente resulta más conveniente para la salud de los animales, pero también lo que quieren.
Eduardo Punset:
Mientras hablabas me he acordado de un célebre ejemplo de un caballo llamado Clever Hans, creo, en Alemania, que representaba lo contrario de lo que decías. Resulta que se le consideraba inteligente, lo estudiaron y demostraron, llegaron a la conclusión, de que era increíblemente inteligente. ¿Cuál es la historia de Clever Hans? ¿Por qué fue tan famoso y cómo lo consiguió?
Marian Stamp-Dawkins:
Fue famoso porque su dueño afirmaba que podía realizar operaciones matemáticas, sumas y demás. Se le podía preguntar cuánto eran 2+2 golpeaba los cascos sobre el suelo cuatro veces. Si se le pedía que hiciera una resta o una multiplicación, la hacía. Parecía un genio matemático. Fue necesario un profesor alemán llamado Oskar Pfungst para demostrar que lo que hacía el caballo era realmente muy inteligente, pero no guardaba relación alguna con las matemáticas. Captaba las pistas de la persona que tenía al lado… Si esa persona pensaba que la respuesta era cinco, el caballo ofrecería la respuesta de cinco. Si pensaba que la respuesta era tres, el caballo daba la respuesta de tres. ¡Lo que hacía era muy inteligente! Observaba cuidadosamente la conducta de alguien y se daba cuenta de que algo en esa conducta podía proporcionarle una pista sobre cuál era el número adecuado. De hecho, cuando lo veía relajarse ligeramente, sabía que se trataba del número correcto. Se percató, fue suficientemente listo como darse cuenta que si al ver, al detectar esa pequeña señal de relajación en su acompañante, dejaba de golpear el suelo, obtenía un terrón de azúcar. Era una estrategia muy perspicaz, ¡pero no tenía nada que ver con las matemáticas!
Eduardo Punset:
¿Nuestro cerebro es muy distinto al de los animales? Me refiero, por ejemplo, a que una de las cosas más extrañas del cerebro humano es que acumulamos los distintos cambios evolutivos que, al final, nos han convertido en quienes somos, ¿verdad?
Marian Stamp-Dawkins:
Es muy interesante, porque mencionas la evolución del cerebro, y los cerebros evolucionan añadiendo piezas, por así decirlo. Tenemos gran parte del cerebro en común con los reptiles, pero se han ido añadiendo otras funciones. ¡Así que en algunas cosas somos distintos, pero seguimos compartiendo muchas de las antiguas conexiones evolutivas! Tenemos mucho en común, pero también hay nuevas funciones, la mayor parte de las cuales están asociadas con el lenguaje y con nuestra capacidad de hablar, de comunicarnos con palabras.
Eduardo Punset:
¿No debería eso llevarnos a pensar que debemos investigar para ver si son conscientes?
Marian Stamp-Dawkins:
La conciencia es el mayor misterio de la biología. Conocemos muchas otras cosas… pero, la verdad sea dicha, no entendemos en absoluto la conciencia. Tampoco entendemos en qué momento de la evolución surgió. Si entendiéramos el concepto en nosotros mismos, si supiéramos cuándo el cerebro humano cobró conciencia, ¡eso nos ayudaría! Nos daría pistas sobre cómo es un cerebro consciente y cómo es un cerebro inconsciente. ¡Pero ni siquiera lo Título: «El bienestar animal importa», entendemos en nosotros mismos! Sería esperable pensar que estudiar a las personas que recuperan la conciencia tras una anestesia nos permitiría responder a preguntas como: ¿cuándo cobramos conciencia? ¿Qué hace el cerebro tras la anestesia para recuperar la conciencia? ¡Pero ni siquiera entendemos eso! Y menos aún la diferencia entre lo que nos hace conscientes y lo que no. Además, ¡hacemos un montón de cosas de modo inconsciente!
Eduardo Punset:
¡Exacto!
Marian Stamp-Dawkins:
Tareas como conducir un coche o tocar un instrumento las realizamos sin que entre en juego del todo la conciencia… creo que si entendiéramos mejor nuestra propia conciencia, ¡podría darte una respuesta más coherente!
Eduardo Punset:
Es gracioso, porque ¿verdad que les dirías o aconsejarías a nuestros amigos que vigilaran con mayor detenimiento lo que los demás sienten o hacen?
Marian Stamp-Dawkins:
Bueno, es un tema muy interesante, porque tenemos lenguaje y, por ende, podemos utilizar palabras para comunicarnos. Otros animales carecen de lenguaje y deben observarse unos a otros con detenimiento. Por ejemplo, los caballos están pendientes del resto porque uno de ellos puede haber detectado un foco de peligro; tienen que mirarse unos a otros porque tal vez deban salir corriendo a la vez. Así que se han acostumbrado a observar a los depredadores y al resto de su especie… y quizá sean mejores a la hora de percatarse del lenguaje corporal que nosotros, que debemos aprender conscientemente a usar el lenguaje corporal porque, en lugar de eso, recurrimos casi siempre a las palabras“.
Ver la entrevista en vídeo completa:
Redes. El bienestar animal importa
Con esto me despido hasta la próxima entrada. Comenta y comparte si también te preocupa el tema y recuerda que tu opinión me importa. Saludos.
Fuente y referencias del artículo: rtve.es